Antecedentes de la democracia cristiana en el mundo
Si bien es cierto que el cristianismo significó una revolución, los partidos de inspiración cristiana hacen su aparición recién en el siglo XIX, juntamente con las asociaciones obreras católicas.Durante el papado de León XIII (1878) es cuando la iglesia católica se pronuncia en forma oficial contra los excesos del capitalismo y en defensa de los oprimidos.Anterior a León XIII y desde 1846, el jefe de la iglesia católica fue Pío IX, quien a pesar de sustentar opiniones liberales antes de ser papa, cuando lo fue apoyó a los movimientos conservadores. Predecesor a él fue León XII (1823-29) quien había impedido el desarrollo de un movimiento socialcristiano inspirado por el jesuita Hugo de Lammenais, que propiciaba la ruptura de la asociación de la iglesia con la monarquía, y su acercamiento al pueblo y las reformas sociales. El objetivo de este partido político era que el pueblo de Francia no se alejara de la Iglesia, por la fuerte atracción que los movimientos socialistas ejercían sobre los obreros. Sin embargo, hasta ese entonces, el Vaticano estaba más comprometido con el poder de los monarcas que con los fieles obreros.Hacia mediados y fines del siglo XIX, los excesos del capitalismo proyectado por la revolución industrial, habían provocado el fortalecimiento de las agrupaciones socialistas, que con su posición de lucha frente a la explotación de los asalariados, tenían un fuerte poder de convocatoria en el proletariado.Desde 1870 los estados pontificios fueron anexados a Italia y el Vaticano no ejerció ningún poder sobre ellos. Esto le permitió a la Iglesia una mayor libertad y al dejar de tener intereses terrenales, representados por los estados que estaban bajo su poder político, pudo actuar libremente en todos los países donde ellos estaban presentes.El papa León XIII desarrolló una intensa actividad social y política y afirmó los principios de la Iglesia a través de sus encíclicas. La más importante es la RERUM NOVARUM (1891) que fija la posición de la iglesia respecto al capital, al trabajo, al social-cristianismo, al capitalismo, al papel del estado como promotor del bienestar, y da impulso a la formación de asociaciones de obreros católicos. Esta encíclica inicia la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA y bajo su influencia se asientan los movimientos políticos y obreros católicos que adquieren consistencia y ponen las bases de la actual Democracia Cristiana.(A partir de las encíclicas de Juan XXIII, del Concilio Vaticano II - MATER ET MAGISTRA y PACEM IN TERRIS - y de Paulo VI - POPULORUM PROGRESSIO -, muchos partidos de inspiración cristiana adoptan posiciones que pueden ser ubicadas concretamente en una línea de izquierda, si encuadramos en esta posición a todos los sectores que se oponen al capitalismo y a las situaciones de injusticia por él creadas).Desde su aparición estos partidos por lo general fueron derechistas que no cuestionaban el orden establecido, y solamente hacían hincapié en reformas sociales tendientes a aligerar las cargas del proletariado. A pesar de ello hubo excepciones, entre las que se encontraba el Partido Popular Italiano, fundado por Luigi Sturzo en 1919, el que es considerado antecedente del Partido DEMOCRATA CRISTIANO de Italia, fundado después de la Segunda Guerra Mundial.Luego de sus comienzos el Partido Popular Italiano colaboró con comunistas y socialistas en las huelgas revolucionarias anteriores a la llegada del fascismo al poder.Más tarde, convertido en PARTIDO DEMÓCRATA CRISTIANO y bajo la conducción de Alcide De Gasperi, mantuvo su línea progresista en lo social, pero en lo económico se adhirió a los postulados del liberalismo y participó en el Plan Marshall.En la actualidad existen partidos DC en gran cantidad de países occidentales. En Europa los más importantes son: el italiano y el alemán, ambos inscriptos en el liberalismo económico. En Alemania, La Unión Demócrata Cristiana (CDU), fundada por Konrad Adenauer en 1945, ocupó el lugar del antiguo Partido Católico, dejó de tener carácter confesional y abrió sus puertas a los tres cultos que predominan en Alemania (católicos, calvinistas y luteranos). La CDU llegó al poder después de la Segunda Guerra Mundial, apoyada por el Partido Liberal y al igual que en Italia aplicó el liberalismo económico, y fue beneficiario del Plan Marshall, coautor del llamado "milagro alemán".En Latinoamérica, los Demócratas Cristianos más poderosos son los de Venezuela y Chile, donde ambos llegaron al gobierno.
Antecedentes de la democracia cristiana en Argentina
En 1884 fue fundada en Argentina la Unión Católica que surgió de un Congreso que el catolicismo realizó en Buenos Aires, en agosto y septiembre de ese año.Intentaron organizarse como partido con motivo de la promulgación de la Ley 1420, de Educación Común, que introducía la enseñanza laica en las escuelas, manifestando su oposición al gobierno de Roca. El antecedente más directo fue "Club Católico", fundado por Félix Frías (1877), rebautizado en 1883 con el nombre de Asociación Católica de Buenos Aires.En la Unión Católica militaron José Manuel Estrada y Pedro Goyena, ambos fueron diputados nacionales por el nuevo Partido, a partir de 1886.La Unión Católica no prosperó como partido político, y la mayoría de sus miembros integraron a partir de 1890 la Unión Cívica.Luego de que León XIII diera a conocer la encíclica RERUM NOVARUM, el sacerdote Guillermo Grote fundó en 1894 los Círculos de Obreros Católicos. Con ellos organizó un periódico "La Defensa", que más tarde fue sustituido por el diario "El Pueblo" (aparecido hasta 1960) en los que difundía los Principios de la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.En el año 1902, el padre Grote fundó la Liga Democrática Cristiana. En 1911 se transformó en Unión Democrática Cristiana. Esta se disolvió en 1919 y a principios de la década del '20, se reunieron nuevamente los integrantes de la ex Unión Democrática Cristiana, bajo el nombre de Unión Democrática Argentina.En 1927 se formó el Partido Popular, que sostuvo el voto femenino, la libertad de enseñanza y el reconocimiento jurídico de las organizaciones sindicales.En esta época, el mundo era conmovido por ideas totalitarias inspiradas, por ejemplo, en Benito Mussolini. Los argentinos también se plegaron a estas doctrinas y adoptaron posiciones nacionalistas que apoyaban la implantación de un régimen corporativo. Esto provocó la división en el Partido Popular y su disolución. Fue entonces cuando los nacionalistas católicos apoyaron al Semanario "La Nueva República" - opositor al gobierno radical -, y se produjo un golpe militar dirigido por el Gral. Uriburu, que derrocó a Yrigoyen el 6 de setiembre de 1930.En esta década los católicos democráticos (que conformaban también el Partido Popular), se reagruparon con la fundación de la Acción Católica Argentina (1931).En 1932 asume la dirección de la revista "Criterio" Mons. Gustavo Franceschi.En 1936 visitó la Argentina Jacques Maritain quien contribuyó a extender la difusión de su pensamiento, tarea emprendida anteriormente por Monseñor Gustavo Franceschi y Monseñor Octavio Derisi.El pensamiento de J. Maritain, en que se basan los DC, sostiene que el hombre no es solamente un individuo, sino una persona que está vinculada a Dios, y en su dirección realiza todas sus posibilidades.Bajo este precepto el hombre, que es anterior a la sociedad, no puede quedar absorbido por ella, ni por ninguna de sus manifestaciones. Pero al mismo tiempo, el hombre, aunque trascienda de un todo, es parte de él. El todo, del cual el hombre forma parte, es la sociedad y es ella la que debe tener como fin el bien común de las personas que la componen. Estos conceptos llevan a la visualización del hombre como persona en función comunitaria, con sentido solidario, para lograr el bien común.(Los principios de Maritain fueron asumidos por todos los DC de los años 40. Sin embargo de ellos partieron distintas direcciones, los que adherían al liberalismo económico y los que estaban en contra de él y el marxismo).Diversos grupos católicos que adherían al pensamiento de Maritain formaron en 1939 la Unión Demócrata Cristiana en la Capital Federal y en 1940 la Unión Federalista Demócrata Cristiana y la Unión Democrática Cristiana, en Córdoba.Estos grupos eran independientes entre sí, pero su denominador común, era el repudio al nacionalismo católico de inspiración fascista.En 1945, año de gran agitación política, surgieron nuevas agrupaciones identificadas con el pensamiento democristiano, en distintas ciudades del interior del país.En los primeros años de esta década ya militaban en los distintos grupos demócratas cristianos algunos de los hombres, que a fines del gobierno peronista, formaron el Partido Demócrata Cristiano. Entre ellos estaban: Manuel Ordoñez, Oscar Puigrós, Ambrosio Romero Carranza, Salvador Busacca, Lucas Ayarragaray, Jaime Potenze y Jorge L. García Venturini.Para los comicios del 24 de febrero de 1946, los grupos demócratas cristianos, aunque no estaban organizados como partido político, apoyaron la fórmula Tamborini-Mosca de la Unión Democrática.Luego del triunfo peronista, los grupos democristianos entraron en un período recesivo.En 1948 y 1949 se formaron agrupaciones pero con escasa duración. Si bien los democristianos argentinos provienen del catolicismo, no existía en los comienzos de sus primeras agrupaciones, una unidad de pensamiento en torno a los principios básicos que debía tener un partido político. Por tal motivo se formaban y disolvían tantas agrupaciones.
Fundación del PDC en Argentina
En el año 1950 desapareció en Córdoba la Unión Democrática Cristiana; ese año fue fundado el "Ateneo Social Cristiano".De ese grupo surgió el PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO en 1954, en el que militaron entre otros, José A. Allende y Horacio Sueldo.En este año apareció la revista "Polémica" dirigida por Leopoldo Pérez Gaudio y fue el enlace para que los distintos grupos democristianos del país, decidieran realizar una especie de Congreso que en principio sería en Córdoba.Finalmente el Encuentro se realizó en Rosario los días 8, 9 y 10 de julio de 1954. De allí surgió la "Junta Promotora Nacional de Partidos Políticos Provinciales de inspiración Demócrata Cristiana". Esta formación constituyó el paso más decisivo para la fundación del PDC, y esta Junta, desde el momento que empieza a ejercer sus funciones, toma el carácter de cuerpo directivo de una agrupación política.Luego del golpe militar del 16 de septiembre de 1955 y en oportunidad de la formación de la Junta Consultiva Nacional, la Junta Promotora de los Democristianos, designó como representantes en aquel organismo a Manuel Ordoñez y Rodolfo Martínez (h).En diciembre los democristianos realizaron una Convención Nacional en Córdoba integrada por: Lucas Ayarragaray como presidente, José A. Allende, Manuel Ordóñez, Juan T. Lewis, Francisco Cerro, Juan C. Ricci, Ricardo Dussel, José A. Millán, Angélica Fuselli, Carlos Imbaud y Guillermo López. Al mismo tiempo emitió una Declaración de Principios, dio a conocer un Programa y redactó una Carta Orgánica Federalista.En los comicios para convencionales para integrar la Convención Constituyente de 1957, que debía reformar la Constitución de 1853, la Democracia Cristiana obtuvo 8 representantes: José A. Allende, José Amado, Lucas Ayarragaray, Luis M. Duarte, Juan T. Lewis, Miguel A. Nessa Boeri, Horacio J. Peña y Juan C. Ricci.Con motivo de las elecciones del 23 de febrero de 1958, el Partido convocó a la Convención Nacional con el fin de elegir la fórmula presidencial. Hubo dos líneas: "Unidad y Avanzada", que sostenía las candidaturas de L. Ayarragaray y H. Sueldo y representaban los sectores del partido comprometidos con postulados reformistas y progresistas en lo económico y social; y "Acción e Interior" que apoyaba las candidaturas de M. Ordoñez y M. A. Nessa Boeri, que respondían al sector del partido que adhería a los principios del liberalismo económico.En la votación se impuso "Unidad y Avanzada" y los candidatos se convirtieron en Presidente y Vicepresidente respectivamente. En las elecciones generales la fórmula Demócrata Cristiana obtuvo 280.000 votos.
Los inicios de la política de apertura
Durante el gobierno de Frondizi, la DC adoptó una postura marcadamente opositora y al mismo tiempo se acentuaron las diferencias internas que evidenciaron profundas discrepancias doctrinarias. Esto motivó la realización de una Convención Nacional que sesionó en Córdoba los días 20, 21 y 22 de febrero de 1959. De ésta surgió una Junta Transitoria presidida por L. Ayarragaray y el debate ideológico se suspendió por seis meses. Cumplido el plazo, se realizó otra en Bahía Blanca, que eligió una Junta definitiva integrada por: Guillermo Fernández Gil (presidente) y José M. Holgado, Salvador Busacca, José Allende, Horacio Peña, Luis Morea, Teodosio Pizarro, Julio Alvarez, Ricardo Alcácer, Francisco Ramos Mejía y Marta Aldonado.Junto con la elección de la Junta se definió la línea política en el marco del reformismo progresista, y la definitiva superación de los sectores que adherían al liberalismo económico. La mayoría de estos sectores se alejaron de la DC ingresando a otros partidos políticos como la UCRI o abandonando la actividad política.El documento señalaba: "... en el panorama de desorden institucional, inmoralidad pública, y escepticismo político que vive la Argentina, la nota dominante está dada por la crisis económica, el progresivo descenso del nivel de vida que ha llegado a límites de insuficiencia humana general..., puso énfasis en la necesidad de la plena vigencia de la democracia y sus instituciones sin proscripciones y en el reintegro a la vida política del país del peronismo". La DC comenzó así una durísima oposición frente al gobierno de Frondizi y su Ministro de Economía, Álvaro Alsogaray.Luego de la definición ideológica de la DC, ésta tomó una posición aperturista con el fin de hacer contacto con grupos estudiantiles sindicales y otros partidos políticos. El objetivo era ingresar a nuevos adherentes y darle una mayor dinámica, para convertirla en una fuerza de peso político nacional. También proponía alianzas políticas con otras fuerzas populares, nacionalistas y democráticas que se opusieran al liberalismo, al marxismo y a todos los extremismos. Esta línea fue liderada por H. Sueldo, seguido por J. A. Allende, E. De Vedia, G. Fernández Gil, Francisco Cerro, Ricardo Parera, J. Torres Bas, entre otros dirigentes.
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