Los argentinos venimos hace muchos años mirándonos al espejo sin darnos cuenta que la realidad está detrás de ese espejo y no atrás nuestro. El espejo cuando nos observamos en él nos muestra nuestro reflejo y todo lo que tenemos por detrás, mas la verdad del mundo está por delante, es decir atrás de ese espejo, donde nosotros no estamos mirando0. Desconociendo la realidad somos compulsivos en movernos corporativamente y a pesar de levantar las banderas de los Derechos Humanos con una visión integral desde lo teórico, somos derechos y humanos dependiendo de quien es nuestro interlocutor, quien es el afectado y en que circunstancias se da la defensa o el ataque.Defendemos la vida si nos conviene, sostenemos valores si nos interesa, somos principistas si conseguimos votos, somos espirituales mientras no nos afecten nuestros espacios de poder, en fin todo tiende a acomodarse según nuestra visión alcanza por el reflejo del espejo.Recientemente tuvimos la triste experiencia de que un obispo de la Iglesia Católica en Santiago del Estero fue filmado en actitudes homosexuales. Inmediatamente la corporación de la Jerarquía de la iglesia salió a defenderlo sin importar que ese accionar afectó profundamente la imagen de ella, en la que estamos incluidos los laicos como pueblo, y a su vez propinó un golpe artero a la confiabilidad de esa misma jerarquía y de los sacerdotes todos. Pero ello no sirvió para impedir que la jerarquía eclesial se encolumnara detrás de la defensa de Macarone y menos aún para que éste no asuma su defensa buscando chivos expiatorios de una conducta antinatural y contraria a los principios que profesa. Lo bueno hecho a lo largo de su actuación no borra las acciones disvaliosas.Por el otro lado la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) nada dijo, mantuvo silencio. Cual fue la razón de no salir a defender a un obispo homosexual? Que es sacerdote? Que no es parte de la corporación homosexual? La discriminación es solo para unos, o es para todos? Este ejemplo nos termina por afirmar que solo nos vemos en nuestro espejo y nos olvidamos que estamos rodeados de personas, de una comunidad que vive, siente, piensa y tiene profundas necesidades y esperanzas y a ellos tenemos que darles respuestas. La Argentina no puede seguir moviéndose por intereses corporativos o amiguismos, debemos decididamente abrazar una concepción de sociedad con valores y principios que sean el anhelo de las mayorías y no los intereses de las minorías. Tenemos que construir una sociedad donde la Vida, la Familia y el empleo digno sean los pilares fundamentales de esa construcción, no permitiendo que nadie nos desvíe de esa senda. Argentina debe volver a ser una Familia Segura.Este es el tiempo. De nosotros depende. Rompamos los espejos y empecemos a reconstruir nuestra Patria, la que soñaron nuestros padres y se esperanzan nuestros hijos. Argentinos a decidirse!